Las posibles rutas de transmisión del COVID-19 y su relación con la clínica dental
Las rutas de transmisión comunes del nuevo coronavirus incluyen:
- Transmisión directa (tos, estornudos e inhalación de gotas)
- Transmisión de contacto (contacto con oral, nasal, y mucosas oculares).
Aunque las manifestaciones clínicas comunes de la nueva infección por coronavirus no incluyen síntomas oculares, el análisis de muestras conjuntivales de casos confirmados y casos sospechosos de COVID-19 sugieren que la transmisión no se limita al tracto respiratorio. También sugieren que la exposición de los ojos puede proporcionar una forma efectiva para que el virus ingrese al organismo [1].
Diferentes estudios han demostrado que los virus respiratorios pueden ser transmitidos de persona a persona:
- A través de contacto directo o indirecto.
- Mediante gotas gruesas o pequeñas.
- También pueden transmitirse directa o indirectamente a través de la saliva.
Existe un informe de un caso de infección en Alemania que indica que esa transmisión del virus también puede ocurrir a través del contacto con pacientes asintomáticos [2].
Varios estudios han sugerido que puede estar en el aire a través de aerosoles formados durante procedimientos médicos.
Los tratamientos dentales a menudo implican procedimientos quirúrgicos en los que se usan jeringas de aire o agua, turbinas de alta velocidad, micromotores y raspadores ultrasónicos. Estos dispositivos producen aerosoles que contienen agentes potencialmente infecciosos. Como aquellos encontrados en la sangre, la saliva y la cavidad oral del paciente.
La sangre y saliva del paciente se propagan como aerosoles y gotas durante los tratamientos dentales y se consideran fuentes potenciales de contaminación cruzada. Teniendo el potencial de causar infecciones microbianas, no solo en pacientes, sino también en el personal de la clínica dental.
Los aerosoles y las salpicaduras contaminantes también pueden extenderse a las superficies de herramientas y equipos, y al entorno general de la clínica dental.
Se recomienda que los dentistas e higienistas dentales usen protección personal equipo (PPE), como máscaras, guantes, gafas y batas. Para así protegerse ellos mismos de la exposición a los aerosoles infecciosos y las salpicaduras que contienen saliva y sangre del paciente.
La distancia de propagación del aerosol, las salpicaduras y los niveles de contaminación que ocurren durante el tratamiento dental son siempre temas de gran preocupación.
Recomendaciones para las clínicas dentales:
En la clínica dental debemos estar familiarizados con este virus, o al menos con los mecanismos de prevención del contagio directo. Así como de las posibles infecciones cruzadas o del papel como vector importante en las vías de transmisión del virus. Del mismo modo que lo estamos con otro tipo de infecciones.
Debemos, además, conocer qué tipo de medidas extra hay que tomar en momentos de propagación rápida del virus. Como en la pandemia mundial, descrita por la OMS, que vivimos actualmente.
Obviamente estamos en un momento en el que crecemos en sabiduría y experiencia a medida que la pandeemos evoluciona. Esto no es lo ideal, pero a día de hoy tenemos claras algunas medidas que podemos tomar en cuanto a la prevención se refiere. Debemos tener en cuenta sobre todo la facilidad que tiene el virus para propagarse entre los aerosoles de la consulta y las gotas de pfflüge como principal vía de diseminación.
Estas recomendaciones están basadas en:
- La Guía para el Diagnóstico y tratamiento de la neumonia por coronavirus
- La Guía para la prevención y el control de la neumonía por coronavirus en Institutos Médicos
- Y la Guía sobre el uso de equipamiento de protección médica y el control de la neumonía por Coronavirus
Estas han sido desarrolladas por la Comisión Nacional de Salud del gobierno chino y la experiencia del Hospital Odontológico del Este de China relacionados con la prevención del COVID-19.
Las medidas recomendadas por el Consejo General de Colegios de Dentistas de España están en el documento mencionado anteriormente: PLAN ESTRATÉGICO DE ACCIÓN PARA EL PERIODO POSTERIOR A LA CRISIS CREADA POR EL COVID-19 [3].
¿Qué debe hacer el odontólogo?
El odontólogo ha de ser capaz de identificar un caso sospechoso de contagio por COVID-19. En general, aquellos pacientes que en estos momentos cursen fiebre, no deben acudir a la consulta. Por ello, es importante realizar algunas preguntas, incluso en la pequeña anamnesis telefónica que se realiza. Para así, poder recabar información fundamental que nos haga sospechar.
Las guías antes mencionadas desaconsejan realizar tratamientos sobre pacientes sospechosos de ser portadores del COVID-19. Incluso posponiendo cualquier tratamiento que no se considere urgencia, al menos durante el tiempo estipulado como cuarentena, durante el cual el paciente desarrollará la enfermedad o no. Y derivando al paciente al hospital para la monitorización de su sintomatología y enfermedad.
Estas guías hacen hincapié en saber detectar vía telefónica la información necesaria para incluir al paciente en un protocolo u otro.
Para ello, aconsejan hacer una serie de preguntas, como:
- ¿Tiene o ha tenido fiebre en los últimos 14 días?
- ¿Ha tenido problemas respiratorios (incluida tos) durante los últimos 14 días?
- ¿Ha viajado a países de riesgo los últimos 14 días? (aunque en este punto tendremos que tener en cuenta que según los datos epidemiológicos que se barajan a día de hoy, España es considerado uno de los países de riesgo, con un crecimiento de contagios similar a los puntos más conflictivos como Italia)
- ¿Ha estado en contacto con personas que hayan tenido cuadros de fiebre, tos, y/o dificultad respiratoria los últimos 14 días?
Opciones ante las posibles respuestas del paciente:
Si la respuesta a cualquiera de las preguntas es Sí, y no presenta fiebre o presenta temperatura corporal por debajo de 37,3º, pospondremos el tratamiento si no es considerado urgencia.
Si la respuesta es Sí a cualquiera de las preguntas, y presenta temperatura por encima de 37,3º, avisaremos al paciente de posible contagio.
Si la respuesta es No a cualquiera de las preguntas pero presenta fiebre por encima de los 37,3º, demoraremos el tratamiento salvo urgencia.
Si la respuesta es No y no presenta fiebre, posponeremos si no es urgente o trataremos con las medidas adecuadas. Aunque a día de hoy, el Consejo General de Dentistas de España recomienda posponer el tratamiento si no se considera urgencia.
En este punto es importante recordar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Urgencia se puede definir como la aparición fortuita en cualquier lugar o actividad de un problema de causa diversa y gravedad variable. Problema que genera la conciencia de una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre o de su familia.
- Urgencia odontológica es la aparición súbita de una condición patológica buco-maxilo-facial, que provoca una demanda espontánea de atención, cuyo tratamiento debe ser inmediato, impostergable, oportuno y eficiente. Por ejemplo, dolor, abscesos y traumatismos, que son las principales patologías que pueden causar con limitación de la actividad normal del paciente. O, incluso, que puedan suponer un riesgo para el estado general de salud del mismo [4].
Artículo redactado por el
Dr. Héctor J. Rodríguez Casanovas
DDS, MS, PhD
http://implantesdelfuturo.es/dr-hector-j-rodriguez-casanovas/
[1] To, K. K.-W. et al. Consistent detection of 2019 novel coronavirus in saliva. Clin. Infect. Diseases https://doi.org/10.1093/cid/ciaa149 (2020).
[2] Rothe, C. et al. Transmission of 2019-nCoV infection from an asymptomatic con- tact in germany. N. Engl. J. Med. https://doi.org/10.1056/NEJMc2001468 (2020).
[3] https://www.consejodentistas.es/pdf/coronavirus/PlanestrategicoposteriorCoronavirus.pdf
[4] Dave M, Seoudi N, Coulthard P. Urgent dental care for patients during the COVID-19 pandemic [published online ahead of print, 2020 Apr 3]. Lancet. 2020;S0140-6736(20)30806-0. doi:10.1016/S0140-6736(20)30806-0